La Administración Federal de Aviación (FAA) de Estados Unidos está examinando posibles acciones para mejorar la seguridad de los motores CFM LEAP-1B del Boeing 737 MAX, tras dos incidentes en 2023 donde impactos de aves provocaron la entrada de humo en la cabina de pasajeros. Estos eventos, ocurridos en aviones de Southwest Airlines, han llevado a la FAA a considerar la implementación de nuevos procedimientos de despegue que podrían incluir el cierre del flujo de aire hacia los motores en situaciones específicas.
Incidentes que motivan la revisión
En diciembre de 2023, un Boeing 737 MAX de Southwest Airlines experimentó un impacto de ave en su motor izquierdo cerca de Nueva Orleans, resultando en la entrada de humo en la cabina. Un evento similar ocurrió en marzo del mismo año en un vuelo que partía de La Habana, donde el impacto de un ave provocó que la cabina se llenara de humo, obligando a los pilotos a realizar un aterrizaje de emergencia.
Estos incidentes llevaron a la Junta de Revisión de Acciones Correctivas de la FAA a evaluar si se requieren medidas inmediatas. Tras una revisión exhaustiva, la junta determinó que el problema no amerita una acción inmediata, pero continuará el proceso regulatorio estándar para abordarlo.
Posibles medidas y su impacto
La FAA está considerando recomendaciones para modificar los procedimientos de despegue, como cerrar el flujo de aire hacia uno o ambos motores en caso de impacto de aves. Esta medida busca evitar que el humo generado por daños en el motor ingrese a la cabina, mejorando así la seguridad de los pasajeros y la tripulación.
Sin embargo, la implementación de una solución permanente podría retrasar aún más la certificación de los modelos Boeing 737 MAX 7 y MAX 10, ya afectados por demoras debido a preocupaciones de seguridad, incluyendo problemas con el sistema antihielo del motor que podrían causar sobrecalentamiento y fallas potenciales.
Reacciones de Boeing y Southwest Airlines
Boeing ha expresado su compromiso con la seguridad, indicando que sigue «los procesos regulatorios para abordar adecuadamente los problemas potenciales y garantizar la seguridad continua de la flota global». Por su parte, Southwest Airlines ha notificado a sus tripulaciones sobre los efectos de ciertos impactos de aves y ha reiterado la importancia de seguir los procedimientos de seguridad establecidos.
«Continuamos trabajando con fabricantes y reguladores de seguridad para identificar una solución permanente», afirmó Southwest en un comunicado.
Contexto y próximos pasos
Los impactos de aves representan un riesgo conocido en la aviación, y los fabricantes constantemente buscan maneras de mitigar sus efectos. La posible actualización podría involucrar cambios en el software que controla las válvulas de flujo de aire, ajustando su funcionamiento cuando se detecta daño en el motor debido a un impacto.
La Junta Nacional de Seguridad del Transporte (NTSB) también ha abierto una investigación sobre estos incidentes, lo que podría influir en las decisiones futuras de la FAA y de Boeing.
Implicaciones para la industria aeronáutica
La revisión de los procedimientos y posibles cambios en el diseño del Boeing 737 MAX podrían tener implicaciones significativas para la industria. La prioridad es garantizar la seguridad sin comprometer la eficiencia operativa. Los retrasos en la certificación de los nuevos modelos MAX 7 y MAX 10 podrían afectar las operaciones de las aerolíneas que esperan incorporar estos aviones a sus flotas.
La FAA continúa evaluando la situación para determinar las mejores prácticas que garanticen la seguridad de los pasajeros y la tripulación. Mientras tanto, Boeing y las aerolíneas afectadas colaboran estrechamente con los reguladores para implementar soluciones efectivas. Los avances en este caso serán determinantes para el futuro de los modelos 737 MAX y para la confianza del público en estas aeronaves.