El capitán Juan Salinas fue seleccionado para participar en un programa privado de vuelos suborbitales, con fecha prevista para 2026, se convertirá en el primer ecuatoriano en alcanzar la frontera del espacio, un hito que refleja décadas de disciplina, excelencia técnica y compromiso con la divulgación científica.
Este vuelo no será un fin en sí mismo: marcará el primer paso de Ecuador hacia la exploración espacial más allá de la línea de Kármán, el punto situado a 100 kilómetros de altitud que la comunidad internacional reconoce como el inicio del espacio. Para Salinas, es la oportunidad de abrir el camino a futuras misiones orbitales y proyectos de mayor envergadura.
Sudamérica y la exploración espacial privada
Hasta la fecha, solo un sudamericano ha viajado en vuelos suborbitales privados: el brasileño Víctor Correa Hespanha, quien en 2022 se convirtió en pionero regional al volar en una misión suborbital. Más recientemente, en 2025, el panameño Jaime Alemán hizo lo propio en Centroamérica.
Con la participación de Juan Salinas, Ecuador ingresará a este grupo reducido, reforzando el papel de Latinoamérica en la nueva era de la exploración espacial privada.
Una vida marcada por esfuerzo y perseverancia
A los 18 años, Juan Salinas llegó a Nueva York con 600 dólares y comenzó a trabajar en limpieza en el aeropuerto LaGuardia para estar cerca de los aviones. Allí vivió de cerca los atentados del 11 de septiembre, una experiencia que marcaría su vida y reafirmará su vocación aeronáutica. Más tarde estudió Ingeniería Aeroespacial en Embry-Riddle Aeronautical University, cimentando la base académica de una carrera internacional.

Ingeniería y pruebas de vuelo al más alto nivel
En su trayectoria, Salinas se desempeñó como ingeniero y piloto de pruebas en Boeing, Gulfstream y Piper Aircraft, y fue Embajador de Boeing en Asia durante casi cuatro años.
Su experiencia como test pilot lo ha llevado a someterse a entrenamientos de alto rendimiento y maniobras de tolerancia a fuerzas G prolongadas, competencias que le otorgan no solo la capacidad, sino también la calificación para participar en una misión espacial.
Hoy continúa volando aeronaves de alto rendimiento como el Extra 330 LX y el jet SubSonex 2, que utiliza en shows aéreos y programas educativos.
Vocación por educar e inspirar
Además de su experiencia internacional, el capitán Salinas ha compartido sus conocimientos con la comunidad aeronáutica ecuatoriana. Ha ofrecido charlas y conferencias en conjunto con Aviación Guayaquil, y ha colaborado con material multimedia especializado para fortalecer el acceso a información técnica y de divulgación en el país.
“Quiero que mi historia inspire a toda una nueva generación de ecuatorianos y latinoamericanos a soñar sin límites”, asegura.
El programa privado que lo llevará a la frontera del espacio
El proyecto en el que participará Juan Salinas forma parte de la nueva generación de iniciativas espaciales privadas que buscan democratizar el acceso al espacio. A diferencia de las misiones estatales tradicionales, estas propuestas están diseñadas para incluir a profesionales de distintos ámbitos que puedan superar exigentes pruebas físicas y técnicas.
El vuelo será suborbital, alcanzando la línea de Kármán, pero sin entrar en órbita. El perfil de la misión incluye:
- Ascenso propulsado con un vehículo de lanzamiento vertical reutilizable.
- Cruce del límite espacial reconocido por la Federación Aeronáutica Internacional.
- Vista panorámica de la curvatura de la Tierra desde grandes ventanales.
- Descenso controlado en paracaídas, con recuperación de la cápsula.
Más que turismo espacial: disciplina y rendimiento
Aunque algunos lo asocian con turismo espacial, este programa exige mucho más que curiosidad. Los seleccionados deben cumplir con:
- Exámenes médicos y psicofísicos rigurosos.
- Pruebas de tolerancia a cargas G positivas y negativas.
- Entrenamiento en cabina para familiarización con procedimientos de emergencia.
- Simulacros de evacuación y prácticas de ingreso/egreso rápido.
- Briefings técnicos con instructores especializados en vuelos suborbitales.
El entrenamiento previo es breve pero intensivo, y busca que los participantes no sean simples pasajeros, sino miembros activos de un perfil de vuelo con parámetros profesionales.
El primer paso hacia misiones más ambiciosas
El vuelo de 2026 marcará el primer paso de Ecuador en la exploración espacial privada. Pero el valor de la misión no termina allí: programas como este son vistos como antesala para formar astronautas completos, con miras a proyectos de investigación orbital y a las futuras expediciones hacia el espacio profundo.
La selección de Juan Salinas representa una validación de su carrera como piloto de pruebas e ingeniero aeroespacial, y envía un mensaje claro: Ecuador ya está en el mapa de la exploración espacial internacional.
“Convertirme en el primer ecuatoriano en ir al espacio sería la culminación de una vida de esfuerzo, pero también el inicio de una etapa más ambiciosa”, afirma Salinas

