En una medida estratégica para fortalecer su posición financiera, Spirit Airlines ha anunciado la reorganización de su programa de entregas de aviones en colaboración con Airbus, posponiendo todos los pedidos programados hasta 2026 y extendiendo algunos hasta 2030-2031. Además, la aerolínea de bajo costo planea ajustar su fuerza laboral suspendiendo temporalmente a aproximadamente 260 pilotos.
Este movimiento se produce en medio de esfuerzos continuos para abordar problemas de liquidez y desafíos relacionados con motores Pratt & Whitney, lo que ha resultado en la inactividad de algunos de sus aviones A320neo. El acuerdo con Airbus proporcionará un impulso significativo a la liquidez de Spirit, estimada en alrededor de US$ 340 millones durante los próximos dos años, al tiempo que garantiza que no haya alteraciones en los pedidos previstos para 2027-2029.
Aunque estas decisiones pueden considerarse positivas para aliviar ciertos costos a corto plazo, también plantean desafíos adicionales en términos de generación de ingresos. Stephen Trent, analista de Citi Research, señaló esta dualidad en su análisis, destacando la importancia de equilibrar la optimización de costos con la maximización de oportunidades de ingresos.
Spirit Airlines, que opera exclusivamente flotas de Airbus, busca adaptarse a las circunstancias cambiantes, anticipando terminar 2025 con una flota total de 219 aviones. Esto marca un cambio significativo en comparación con las proyecciones anteriores, que esperaban un aumento a 234 aviones, incluyendo la incorporación de seis aviones A320neo.
La noticia de las suspensiones de pilotos ha generado preocupación entre el personal de vuelo. Ryan Muller, presidente del Consejo Ejecutivo Principal de Spirit en la Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas, expresó su inquietud y señaló que se están explorando medidas voluntarias para mitigar el impacto de estas decisiones en el equipo de trabajo.