En un esfuerzo por fortalecer su capacidad aérea, Ecuador ha asignado una inversión de casi $57 millones de dólares para financiar el proceso de reincorporación al servicio operacional de su flota de Embraer EMB 314 Super Tucano (A-29). Estas aeronaves son fabricadas por Embraer, una reconocida empresa brasileña en el sector aeroespacial.
Los Super Tucanos son aviones turbohélice de fabricación brasileña diseñados para misiones de ataque ligero, entrenamiento avanzado y vigilancia. Con una excelente maniobrabilidad, versatilidad y capacidad de operar en diferentes condiciones climáticas y terrenos, los Super Tucanos se han ganado una reputación mundial como aeronaves altamente confiables y efectivas para una variedad de roles militares y de seguridad.
Además de su capacidad para transportar una amplia gama de armas y equipamiento, los Super Tucanos están equipados con sistemas avanzados de aviónica y comunicaciones, lo que los convierte en herramientas fundamentales para misiones de reconocimiento y combate en entornos diversos y exigentes.
La Fuerza Aérea Ecuatoriana (FAE), que adquirió 18 Super Tucanos en 2009, se enfrentaba a la realidad preocupante de que solo tres de estas aeronaves estaban operativas, según recientes informes de observadores. Ante esta situación, Ecuador emprendió el proyecto de financiamiento para rehabilitar su flota, recibiendo un importante respaldo por parte de la embajada de Estados Unidos en el país. Durante la entrega del primer Lockheed Martin C-130H Hércules a la FAE el pasado 25 de marzo, se anunció una donación de $10 millones de dólares por parte de Estados Unidos para apoyar específicamente el proceso de reincorporación al servicio de la flota de A-29.
Hasta el momento, Ecuador ha desembolsado alrededor de $7.5 millones de dólares como adelanto por técnicos de la Dirección de la Industria Aeronáutica (DIAF) de la FAE, marcando un progreso significativo en el proyecto de rehabilitación. Los aviones Super Tucanos, operados por el Ala de Combate 23, desempeñan un papel crucial en las operaciones aéreas de vigilancia y control del país, especialmente tras la desactivación de su flota de 12 cazas Atlas Cheetah C-III/D-III en 2020. Este paso refuerza la capacidad defensiva de Ecuador y fortalece su presencia en la región.