La Administración Federal de Aviación de EE.UU. (FAA) ha iniciado una investigación sobre el uso de titanio en aviones Airbus y Boeing después de que el proveedor clave, Spirit AeroSystems, alertara sobre documentación falsificada proveniente de un proveedor chino, informó el New York Times.
Boeing informó voluntariamente a la FAA sobre la adquisición de material a través de un distribuidor que podría haber falsificado o proporcionado registros incorrectos. La FAA emitió un comunicado indicando que Boeing ha establecido directrices para que los proveedores permanezcan alerta ante posibles registros falsificados.
Spirit AeroSystems identificó inicialmente «pequeños agujeros por corrosión» en las partes de titanio y está investigando si, a pesar de la falsificación y el origen desconocido de la documentación, las aleaciones de titanio cumplen con los estándares estructurales para material de grado aeronáutico. Spirit utiliza titanio en partes para B737 MAX, B787 y A220 fabricadas en sus instalaciones.
Ambos fabricantes han afirmado que hasta ahora las pruebas no han mostrado problemas que afecten la aeronavegabilidad de sus aviones. Boeing y Spirit AeroSystems están retirando proactivamente las partes potencialmente afectadas de los aviones en ensamblaje.
Aún no está claro cuántas aeronaves podrían estar potencialmente afectadas ni si el problema obligaría a los operadores a realizar mantenimiento no programado para reemplazar partes señaladas. Sin embargo, fuentes internas anónimas citadas por el New York Times indican que el problema afecta a aeronaves construidas entre 2019 y 2023.
Según los informes, Turkish Aerospace Industries adquirió el titanio falsificado en 2019 a un proveedor chino no identificado que había falsificado certificados de conformidad para el metal, haciéndolo pasar por proveniente del conocido proveedor Baoji Titanium Industry, quien confirmó no haber participado en las transacciones. Posteriormente, el titanio fue vendido a Spirit a través de otros proveedores.
Este desarrollo subraya la importancia de la integridad en la cadena de suministro de materiales críticos para la aviación y la vigilancia continua de los estándares de seguridad por parte de las autoridades regulatorias y los fabricantes.