Bell Textron Inc., con sede en Fort Worth, está ejecutando una estrategia acelerada para entregar al Ejército de los Estados Unidos su nuevo helicóptero de ataque de próxima generación: el Bell MV-75, parte del ambicioso programa Future Long Range Assault Aircraft (FLRAA). Este proyecto, adjudicado a la compañía en 2022, podría generar ingresos cercanos a USD 1.300 millones a corto plazo y hasta USD 70.000 millones en las próximas décadas.

El relevo del legendario Black Hawk

El MV-75 reemplazará al veterano UH-60 Black Hawk de Sikorsky (Lockheed Martin), aportando capacidades mejoradas en velocidad, alcance y tecnología de rotores basculantes (tiltrotor). Para cumplir con el calendario, Bell adoptó un enfoque denominado «soldados en la línea de producción», integrando a personal militar en la fase de fabricación para agilizar la familiarización con la aeronave.

En junio, la empresa entregó al Ejército dos prototipos virtuales, auténticos gemelos digitales de la cabina, que permitirán entrenar a las tripulaciones antes de la llegada del modelo físico. Paralelamente, los pilotos ya practican con aeronaves MV-22 Osprey, optimizando la transición a la nueva tecnología de rotores basculantes.

Inversiones estratégicas en Dallas-Fort Worth

Bell ha desplegado una serie de inversiones clave en la región DFW para respaldar la producción:

  • Laboratorio de Pruebas de Sistemas de Transmisión en Grand Prairie (USD 20 millones), para ensayar componentes críticos como cajas de engranajes.
  • Centro de Integración de Sistemas de Armas en Arlington, junto a su centro de investigación de vuelo. Planta de AllianceTexas (USD 632 millones), destinada a fabricar transmisiones y palas de rotor.
  • Con más de 8.000 empleados a nivel global unos 4.000 en Fort Worth, la compañía anticipa un aumento sustancial de su plantilla en Texas conforme avanza el programa.

Producción y montaje

La fabricación final del MV-75 se realizará en la planta de Amarillo, mientras que la producción de componentes y pruebas técnicas se concentrará en DFW. Actualmente, más de 1.000 empleados trabajan en la fase de desarrollo de ingeniería y manufactura. Bell también abrió un centro en Wichita, Kansas, para la producción de fuselajes.

El Ejército ha solicitado adelantar la entrada en servicio del MV-75 a 2028, dos años antes del calendario inicial, lo que implica ajustes en la logística de producción e incluso la posibilidad de redistribuir trabajos previstos para Fort Worth hacia otras instalaciones.

Impacto económico y proyección

En el segundo trimestre de 2025, Textron Inc. (NYSE: TXT) reportó ingresos de USD 1.000 millones para Bell, un incremento del 28% respecto al año anterior, impulsado principalmente por el MV-75 y el negocio de helicópteros comerciales. La compañía espera recibir incentivos millonarios de gobiernos locales y estatales por sus nuevas instalaciones.

Más allá del MV-75

Bell no limita su ambición al FLRAA. La compañía competirá por el contrato para reemplazar los helicópteros UH-72 Lakota de entrenamiento del Ejército con el Bell 505, ofreciendo tanto las aeronaves como el servicio de instrucción. Este programa podría implicar hasta 190 unidades y rivalizar con fabricantes como Lockheed Martin, Leonardo, Airbus, MD Helicopters y Robinson.

Además, la Agencia de Proyectos de Investigación Avanzada de Defensa (DARPA) seleccionó a Bell para desarrollar un demostrador X-plane capaz de volar entre 400 y 450 nudos (unos 460 mph), abriendo nuevas posibilidades en velocidad y alcance para aeronaves militares.

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