El Ejército de los Estados Unidos está en el proceso de seleccionar quién integrará su próximo avión espía de largo alcance y alta velocidad, un hito crucial en su esfuerzo por modernizar la flota existente de aeronaves de ala fija que realizan misiones de inteligencia, vigilancia y reconocimiento (ISR, por sus siglas en inglés). Según funcionarios del servicio encargados del programa, este verano se tomará la decisión que marcará un cambio significativo en la capacidad de la fuerza.
La iniciativa implica el retiro de aproximadamente 70 aeronaves, lo que representa toda su flota de ISR, para dar paso al Sistema de Detección y Explotación de Alta Precisión, conocido como HADES. Este sistema promete capacidades de despliegue rápido y detección profunda, con la capacidad de llevar a cabo misiones en áreas estratégicas de interés para la seguridad nacional.
Lo que hace única a esta nueva fase de modernización es la elección del Bombardier Global 6500, un jet ejecutivo de cabina grande, como la plataforma base para el avión espía. Esta elección marca un cambio significativo en la estrategia de la fuerza, que hasta ahora había confiado en aeronaves más convencionales para este tipo de misiones.
El proceso de selección del equipo encargado de integrar los sensores en este jet ejecutivo ha generado gran expectativa entre los competidores. Dos equipos se encuentran en la contienda: uno conformado por L3Harris Technologies, MAG Aerospace y Leidos, y otro por Sierra Nevada Corp. Ambos equipos han demostrado experiencia en el desarrollo y despliegue de prototipos de ISR de ala fija en colaboración con el Ejército.
Durante más de cinco años, el Ejército ha estado evaluando prototipos de ISR de ala fija utilizando jets de alta velocidad para informar sobre el programa HADES. Este proceso ha implicado el despliegue de prototipos como Artemis y Ares en diferentes teatros de operaciones, lo que ha permitido recopilar datos valiosos sobre el rendimiento y la viabilidad de estas plataformas en entornos reales.
Artemis, inicialmente desplegado en el teatro europeo cerca de la frontera ucraniana, fue seguido por Ares, desplegado en la región del Pacífico. Ambos prototipos han acumulado más de 1,000 misiones entre ellos, demostrando su capacidad para operar en entornos diversos y desafiantes.
El Ejército también se está preparando para incorporar cuatro prototipos adicionales que informarán sobre los requisitos futuros del programa HADES. Estos prototipos están diseñados para avanzar en las capacidades de focalización de largo alcance y de inteligencia de señales del Ejército, lo que ampliará aún más el espectro de capacidades de la fuerza en el ámbito de ISR.
El presidente de la división ISR de L3Harris, Jason Lambert, ha destacado los avances significativos que su equipo ha logrado en la integración de sensores en el jet Global 6500. El proceso, que comenzó en septiembre de 2023, ha incluido múltiples pruebas de vuelo y ha generado resultados alentadores en términos de rendimiento y confiabilidad.
El Ejército ha reconocido la necesidad de contar con activos ISR de ala fija más avanzados para cumplir con sus misiones en entornos complejos y cambiantes. Esta iniciativa busca dotar a la fuerza con capacidades que le permitan operar en áreas estratégicas de interés, incluso en aquellas de difícil acceso o con infraestructura limitada.
El despliegue de HADES marcará un hito importante en el proceso de modernización del Ejército, proporcionándole capacidades de inteligencia, vigilancia y reconocimiento de vanguardia. Con una flota de 14 aeronaves prevista para 2035, el Ejército está posicionándose para enfrentar los desafíos del futuro y proteger los intereses de la nación en un entorno geopolítico cada vez más complejo.