En una decisión que impacta directamente la lucha contra el narcotráfico en Colombia, el gobierno de Estados Unidos, bajo la administración de Donald Trump, ha ordenado la suspensión de 22 helicópteros Black Hawk que hasta ahora prestaban servicio a la Policía Nacional y al Ejército colombiano.
Estas aeronaves, consideradas un pilar clave en operaciones antinarcóticos, se utilizaban para transporte de tropas y misiones de interdicción en zonas estratégicas. Sin embargo, a partir de esta semana, quedarán en tierra por tiempo indefinido, ya que el Departamento de Estado ha congelado su uso en el país.
La decisión de Trump y sus implicaciones en Colombia
Según fuentes oficiales, esta medida hace parte de la política de restricción de fondos de cooperación internacional que Trump ha implementado en diversas regiones. Aunque se ha mantenido el apoyo a Israel y Egipto en términos de asistencia militar, Colombia ha sido excluida de estos beneficios, afectando directamente la operatividad de los Black Hawk.
Además, el gobierno estadounidense ha confirmado que no se destinarán recursos para repuestos, mantenimiento ni combustible para estas aeronaves, lo que impide su operación a corto y mediano plazo. Los helicópteros actualmente se encuentran estacionados en Mariquita (Tolima), Putumayo y Bogotá, sin autorización para volar.
¿Una represalia por la crisis diplomática entre Trump y Petro?
Esta decisión llega en un momento de tensión diplomática entre Washington y Bogotá. Días atrás, el presidente Gustavo Petro se negó a recibir vuelos con migrantes colombianos deportados desde EE.UU., lo que generó una fuerte reacción por parte de Trump.
En respuesta, el mandatario estadounidense amenazó con imponer aranceles del 25% a productos colombianos, además de restringir el acceso a visas para ciudadanos del país. Finalmente, tras una breve crisis diplomática, se restablecieron los vuelos con deportados, pero las fricciones entre ambos gobiernos persisten.
Al respecto, el Departamento de Estado de EE.UU., liderado por Marco Rubio, se pronunciará en las próximas horas para esclarecer los alcances de esta decisión.
Impacto en la lucha contra el narcotráfico
Para Colombia, la suspensión de los helicópteros Black Hawk representa un golpe significativo en su estrategia contra el narcotráfico y los grupos armados ilegales. Estas aeronaves han sido fundamentales en misiones de erradicación de cultivos ilícitos, interdicción aérea y apoyo a operaciones militares en zonas de difícil acceso.
El gobierno colombiano ahora deberá evaluar alternativas para suplir esta pérdida operativa, lo que podría implicar destinar fondos propios para el mantenimiento de los helicópteros o buscar nuevos acuerdos con aliados estratégicos.
El congelamiento de estos 22 helicópteros Black Hawk no solo afecta las capacidades operativas de la Policía y el Ejército colombiano, sino que también pone en evidencia la fragilidad de la cooperación bilateral en seguridad y defensa.
En medio de un contexto político tenso, esta medida podría ser una advertencia de Washington sobre futuras restricciones en la ayuda internacional a Colombia. Mientras tanto, las autoridades colombianas deberán buscar soluciones para evitar que la lucha contra el narcotráfico se vea gravemente comprometida.